Grupo Gen Arquitectura

Ábsides y Panteón Real San Pedro el Viejo, Huesca

Estado: Construido

Año: 2020

Promotor: Dirección General de Patrimonio Cultural. Gobierno de Aragón

Tipo: Patrimonio

Grado de protección: Bien de Interés Cultural (1885)

Presupuesto: 243.214,78 €

Proyecto: Grupo Gen Arquitectura y Cerouno Arquitectos

Dirección facultativa: Grupo Gen Arquitectura y Cerouno Arquitectos

Coordinador de Seguridad y Salud: José Miguel Sanz Lahoz

Constructor: Piedra Casbi, S.L.

Trabajos arqueológicos previos: Héctor Arcusa Magallón

Supervisión arqueológica: Ignacio Lafragüeta

Supervisión petrológica: Cristina Marín (METOPA)

Supervisión por la Dirección General de Patrimonio Cultural: Luis Franco Gay, Fernando López Barrena (Jefe de Servicio de Patrimonio Cultural) y Marta de la Rosa.

La actuación llevada a cabo en la cabecera de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca forma parte de una aspiración ya histórica encaminada a recuperar esta importante parte del conjunto monumental, que ha quedado oculta e inaccesible durante siglos por la ocupación de edificaciones residenciales de la manzana colindante. En 2019 el Ayuntamiento de Huesca acometió las obras de demolición de las edificaciones residenciales que se habían avalanzado totalmente sobre el Panteón Real-Capilla de San Bartolomé (con enterramientos de los reyes Alfonso I y Ramiro II), y de manera parcial, también sobre el ábside sur. Quedaba liberada así una franja estrecha que ha posibilitado la realización de esta obra de restauración y de reconfiguración de los volúmenes del templo románico.

En marzo de 2019 se lleva a cabo una actuación de reparación en los lienzos de los ábsides de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, como actuación paralela a la que el Ayuntamiento de Huesca desarrollaba en las casas que anteriormente estaban construidas sobre la capilla de San Bartolomé, y de manera parcial, también sobre el ábside sur de la cabecera de la iglesia del conjunto monástico de San Pedro el Viejo de Huesca.

En agosto de 2020 comienza la restauración de los ábsides y capilla, tras décadas de lucha por la liberación de la cabecera del conjunto monumental. A pesar de esta condición de partida tan alterada, la intervención ha apostado por mantener en mayor grado posible de autenticidad del conjunto, y para ello el riguroso estudio constructivo, petrológico e histórico de los restos conservados de molduras, canetes y encuentros ha sido determinante para adoptar las soluciones constructivas finales. La cubierta de San Bartolomé se resuelve con dos faldones inclinados de cubierta de teja árabe, con la inclinación original bien determinada en el hastial sur. Se ha reconstruido la cubierta del espacio recayente hacia el claustro, con la misma solución que existe en el resto de capillas, al objeto de otorgar la máxima continuidad con el conjunto de cubiertas existentes en el claustro. En el ábside central se ha recuperado el hastial y cubierta a dos aguas de la nave principal, que había quedado completamente desfigurado en sucesivas intervenciones de remodelación de los tejados.

Los trabajos en las fachadas han tenido como primera tarea la de proceder a una respetuosa limpieza que ha permitido retirar todos los materiales que se han quedado adheridos a lo largo de los siglos y, al mismo tiempo, poder comprobar el estado real de conservación de cada uno de los sillares, ratificando de esta manera, o modificando en algún caso, los criterios de intervención que establecía el proyecto. Únicamente los sillares desaparecidos que provocaban inestabilidad estructural, o los irreversiblemente deteriorados de los volúmenes dingulares del conjunto han sido repuestos: cornisas curvas o rectas, canetes, arquivoltas, jambas, alfeizares, etc. La piedra utilizada para ello fue la más similar a la original, procedente de la cantera de arenisca de Uncastillo, y canteada manualmente a pie de obra por maestros canteros.

En los tramos inferiores, la determinación de los sillares a sustituir no ha resultado sencilla, dado que los sillares nuevos deben seguir la alineación curva original del lienzo, quedando así muy resaltados respecto de las superficies erosionadas por la historia. La apuesta por tratar de mantener la mayor parte posible de los elementos originales ha prevalecido sobre la tentadora idea de reconstruir de manera completa la geometría perfecta de estos volúmenes. El tiempo trabajará de a favor del edificio, y aportará la correspondiente pátina a la superficie de los nuevos sillares, que conformará una superficie mucho más integrada con los antiguos.