La edificación goza de una magnífica ubicación en el núcleo urbano de Almonacid de la Cuba. Su cercanía a la Iglesia de Nuestra Señora la Mayor, el Ayuntamiento y la calle Mayor, así como su posicionamiento junto a una pequeña plaza, son idóneas para la puesta en marcha de un oficio tradicional como es un obrador.

El programa de Obrador para panadería-bollería requiere de un notable número de máquinas de trabajo para la elaboración del producto final, así como de espacios de servicio de diferente índole necesarios para el cumplimiento de normativa aplicable a dicho uso. De este modo, la prioridad de la propuesta es encontrar la posición más óptima para cada uno de estos elementos de trabajo, liberando la mayor área posible para permitir un movimiento natural entre ellos.  

La planta baja del edificio (zona productiva) alberga el elemento principal del obrador, el horno de leña, con espacio suficiente para la maniobrabilidad ante el mismo. Su posición en la esquina Noroeste, óptima para la distribución interior, fuerza la extracción de humo y vapor a dicha esquina debiendo situar la chimenea en el punto más bajo de la cubierta. Dicha circunstancia es aprovechada para ejecutar una chimenea distintivo que aporte significado a la edificación, presidiendo el obrador y convirtiéndose en un elemento singular e identitario que aparece mientras se recorre la calle Enmedio.

La planta primera del edificio (zona servidora) sitúa todo el paquete servidor en el lateral con menor altura (lateral Oeste), aportando a la zona de circulación y trabajo una altura superior a 2,80m. Esta vez, la banda donde se sitúan las máquinas establece un filtro de paso respecto al espacio para almacenaje de materias primas situado cercano al acceso y el cambiador/aseo. El falso techo situado sobre el aseo y zona de filtro, en conexión con el patinillo de la esquina Noroeste, consigue concentrar la carga de instalaciones de la edificación para su nuevo uso.

Almonacid de la Cuba está inundado de piezas cerámicas, situadas desde los muros y cubiertas de sus iglesias hasta los tejados de sus viviendas. Se opta por manifestar con claridad los elementos del edificio que sean de nueva construcción o hayan sido modificados, mediante el uso de piezas cerámicas de barro tanto en el interior como en el exterior. De este modo, el facetado de los huecos exteriores y la base de la nueva chimenea se alicatan con piezas cerámicas de color natural. En el interior, los dos elementos nuevos principales en forma de “costillas” tanto en Planta Baja como Primera, se alicatan con piezas cerámicas en este caso vidriadas, permitiendo guardar las condiciones higiénicas exigidas. El resto de alicatados interiores se realiza mediante piezas cerámicas de color blanco.