Grupo Gen Arquitectura

Cementerio y yacimiento celtíbero, Épila

Año: 2021

Promotor: Ayuntamiento de Épila

Tipo: Equipamiento / Patrimonio

Grado de protección: Municipal

Superficie: 7.576,55 m2

Proyecto: Grupo Gen Arquitectura

Arqueología: Héctor Arcusa Magallón

Geofísica: Ulyses Palomino y AGS Análisis y Gestión del Suelo

El actual cementerio de Épila se sitúa en lo alto de unos de los cinco cabezos del municipio, el cabezo Ballesteros, en la comarca del Valdejalón. Su geometría ortogonal y cuadrangular, cerrándose en sí mismo sin dejar lugar a una relación directa con el entorno colindante, es el resultado de la antigua tradición de cementerios. Partiendo de la base de la existencia de un cementerio celtíbero en el cerro aledaño, de la topografía y la construcción de casas cuevas tan representativas del municipio y de entorno, la intervención busca la manera de integrarse con dichos elementos, buscando el diálogo continuo con el paisaje.

 

La necrópolis del Cabezo Ballesteros fue la primera necrópolis del Valle del Ebro en la que se documentaron con claridad las estructuras funerarias de adobe. Además, se trata de una necrópolis excepcionalmente grande, con unas dimensiones estimadas por sus excavadores de en torno a 200×100 m (gran parte de las cuales corresponderían al actual cementerio de Épila). Es sin duda el yacimiento más importante de la cuenca del río Jalón y uno de los más importantes del Valle del Ebro. La presencia del yacimiento arqueológico de carácter funerario del Cabezo de Ballesteros en la única área posible de ampliación del cementerio actual, presenta una oportunidad única de integrar ambos usos.

 

El espacio disponible para poder realizar una ampliación que cumpla con la necesidad a 10 años vista (un mínimo de 498 nichos), respetando el cementerio celtibero y sin invadir el espacio ocupado por las casas cueva, limita el ámbito de intervención. Por lo que el desarrollo se realizará de forma lineal rodeando los límites del cerro y dando conexión a cada uno de los elementos existentes: cementerio existente, cementerio celtíbero y nuevo cementerio.

La propuesta parte del muro como elemento principal, un muro que se extiende de forma lineal y que se adapta según su desarrollo a las diferentes edificaciones o elementos condicionantes con los que se relaciona generando formas irregulares que se integran en el Cabezo Ballesteros, rodeando el yacimiento arqueológico y el actual cementerio municipal de Épila.

 

Este muro perimetral va recorriendo los diferentes desniveles existentes creando pliegues y quiebros que permiten situar  módulos de nichos en el lateral este y miradores a través de huecos en el mismo. El muro interior que rodea el yacimiento, contiene las tierras dejando un espacio central intermedio que sirve de paseo principal y que recorre todo el cabezo circularmente. En el acceso, el muro es un muro exento que recibe y marca la entrada, resolviendo el encuentro entre el cementerio existente y la nueva ampliación. Conforme avanza el muro, este se va adaptando y se equipa de nichos que configuran un volumen arquitectónico semienterrado, que se retranquea y contiene huecos que permiten la conexión con el paisaje y los diferentes elementos de interés.

 

Sin renunciar a la creación de espacios introspectivos en el interior, propicios para la reflexión y concentración, se cree conveniente la existencia de circunstancias optimistas que desahoguen al visitante invitándolo a la reconexión con la realidad exterior enfocando diferentes puntos del paisaje, subrayando elementos de interés y trasladando la mirada más allá de los muros limitadores.