La vivienda pertenece a un conjunto de cinco viviendas unifamiliares adosadas de una única planta y garaje. El juego de volúmenes que forman las viviendas es ordenado y simétrico, interrumpiéndose únicamente en la zona de los almacenes, donde no existe una jerarquía de alturas ni de distribución. El proyecto pretende continuar con ese orden, ritmo y volumetría de los espacios, los cuales se articularán mediante un patio que dará sentido a la organización proyectual y existente.

La necesidad de disponer de mayor superficie de las estancias vivideras y los dormitorios hace necesario ampliar la vivienda invadiendo parte del patio actual. Tras la eliminación de la tabiquería interior y los volúmenes situados el patio (almacenes y trasteros) se simplifica la edificación existente, dejando únicamente los muros de sillarejo y las cubiertas de la vivienda. La nueva distribución de la vivienda consigue una mayor flexibilidad, dividiéndola en zonas vivideras y zonas de descanso. El nexo de unión de ambas es el paquete conformado por cocina-distribuidor-baño.

El garaje cubierto, el cual se utiliza como cuarto de instalaciones, almacenaje y bodega, se plantea como un volumen en el patio que, siguiendo la lógica de la vivienda, articula el patio central entre ambas edificaciones y mantiene una sintonía de encaje. El patio resultante entre la separación de las estancias de vivienda y garaje, dota a la vivienda de un espacio de disfrute que requiere poco mantenimiento y suma bienestar al conjunto residencial. La vivienda pasa de tener una cubierta a tener cuatro, cada una con un ritmo y dirección, provocando así un juego de volúmenes y alturas interiores que otorgan a las estancias interiores de mayor riqueza espacial.

El proyecto incorpora criterios medioambientales básicos en la definición de sus aspectos formales y constructivos: captación, almacenamiento, aislamiento y protección solar; uso de recursos naturales y fuentes de energía renovables (aerotermia), optimizando la incidencia del sol y la ventilación.