El molino del Salto de Las Adulas forma parte del patrimonio hidráulico del Canal Imperial de Aragón. Pertenece a la red de servicios del Canal, junto a un conjunto de acequias, tajaderas, molinos, almenaras, azudes, etc. que se distribuyen a lo largo de toda la cuenca hidrográfica del Ebro. El antiguo molino se sitúa próximo al Paseo Reyes de Aragón, distanciándose y posicionándose en ángulo con respecto al mismo, posición que adopta por la posición de la boca de la acequia que alimentaba el molino y el desagüe al río Huerva.

El edificio se conforma como un bloque perfectamente ortogonal de muros de fábrica de ladrillo macizo aragonés culminados con una cubierta a dos aguas con cumbrera paralela al lado largo. Estos muros son perforados de forma simétrica y equidistante por huecos de ventana de gran envergadura en ambas plantas. A lo largo del siglo XX, la edificación fue cedida para su aprovechamiento, lo que fue produciendo transformaciones en su interior, que en términos generales respetaban la envolvente exterior del edificio. La última distribución atiende al uso que se le ha dado en las últimas décadas como taller para el escultor Iñaki Rodríguez.

Se prevé la posible utilización del edificio y sus jardines, como espacio de divulgación del Canal Imperial de Aragón, así como de aspectos vinculados al medio ambiente y la energía. Dado el reducido tamaño de la edificación en planta, la propuesta saca ventaja de su notable altura (debido a su uso original como central hidroeléctrica), mediante la colocación de una potente entreplanta de servicios que libera las plantas baja y primera. La identidad del edificio está fuertemente marcada por el momento histórico en el que fue construido y por los diferentes usos que ha albergado. El interior del edifico ha estado impregnado de usos relativos a la industria y los trabajos mecánicos, así como por supuesto al aprovechamiento por parte de estos usos del Canal.

Se propone realizar una intervención con un gran marcado carácter estructural, donde los elementos estructurales lo son todo y configuran el espacio (entreplanta y núcleo de comunicaciones). Estos elementos serán ejecutados en acero, manifestando el carácter industrial y rotundo de los usos históricos del molino, así como haciendo una referencia explícita al lenguaje de turbinas, tubos, sinfines y tornos que colmataron durante mucho tiempo dicho lugar.

La entreplanta ocupa el tercio central del edificio, accediendo a través del núcleo de comunicaciones exento. La entreplanta queda resuelta mediante dos grandes cerchas trasversales de acero, que coinciden con los ejes actuales de las cerchas de cubierta, y con las pilastras de ladrillo que pueden advertirse en el exterior. La estructura de cubierta es de madera, recuperando la cercha de madera original desaparecida cuando el edificio se convirtió en vivienda, restaurando la cercha original.

Las plantas baja y primera quedan completamente liberadas a excepción del tercio que ocupa el núcleo de comunicaciones conformando un espacio a triple altura. La planta primera posee una excepcional vista de la estructura de cubierta conformada por las cerchas de madera y los rollizos, así como una nueva gran panorámica que relaciona de forma directa el edificio con el canal, creando además una llamada de atención para el paseante.