El Palacio de los Condes de Argillo en Morata de Jalón (Zaragoza) data de finales del siglo XVII, la iglesia de Santa Ana, colocada en el ala oeste del palacio data del mismo siglo, pero su construcción es anterior. Debido al abandono que venía sufriendo desde hace décadas y que había acelerado el deterioro de su conservación, el Gobierno de Aragón decidió en 2004 iniciar el expediente de declaración de urgencia y expropiarlo forzosamente a sus dueños con el propósito de impulsar su consolidación y su restauración.

En 2006, se encargaron con carácter de urgencia las obras de restauración de la cubierta, recuperación y restauración de los torreones y restauración de las fachadas principales por parte Gobierno de Aragón. Posteriormente la Confederación Hidrográfica del Ebro encargó la reparación de la fachada principal y la adecuación del ala oeste del palacio para usos administrativos pertenecientes al Ayuntamiento de Morata de Jalón.

La actuación tiene el objetivo convertir en visitable el Salón Dorado, mediante el acceso por la escalera principal; áreas sobre las que no se ha actuado hasta el momento.

La patología predominante que tiene un efecto directo sobre el resto de los elementos estructurales del palacio, es el asentamiento que sufre el muro de la fachada posterior debido a la falta de cohesión del terreno. Este asentamiento produce en los muros transversales pertenecientes al salón Dorado y a la caja de escaleras principal, una serie de fisuras y grietas que marcan un claro daño estructural y que supone un compromiso para la seguridad de la edificación.

Además, los forjados de vigas de madera han sufrido ataques de xilófagos que ha generado una perdida sustancial de resistencia de estos forjados. Por último, en la zona de la bóveda de la escalera y del Salón Dorado, se observan una serie de grietas y fisuras de orden secundario, que igualmente deben de tratarse para garantizar la seguridad del edificio.

Como consecuencia de todo lo anterior, se propone realizar un refuerzo en la cimentación del muro longitudinal de la fachada trasera mediante la ejecución de un recalce del muro con dos vigas corridas de hormigón armado, colocando en cada una de ellas una línea de micropilotes dispuestos al tresbolillo hasta 9 metros de profundidad. Además, para impermeabilizar el terreno, se crea de una solera de hormigón en el jardín que conduce las aguas hacia el exterior, permitiendo en un futuro la colocación de un pavimento sobre la misma.

Para los forjados dañados se proyectan nuevos forjados mixtos de vigas y viguetas de madera con posición idéntica a las actuales y una capa de compresión de hormigón que dotara a la estructura horizontal de la resistencia necesaria, reutilizando tantas vigas de madera originales como sea posible. La colocación de nuevas vigas de hormigón armado atirantará la fachada hacia el interior y hará transmitir el peso hacia las plantas inferiores en sus extremos de forma vertical y puntual, liberando así de carga a los arcos de la planta inferior y posibilitando generar nuevas distribuciones acorde a futuros usos en la planta primera. Tras la intervención, el forjado disminuye su peso propio en 20 toneladas, mejorando su comportamiento y también el del muro de fachada con patologías de asentamiento. El pavimento del Salón Dorado se terminará con una terminación de yeso tradicional conjuntamente con la reposición de las piezas cerámicas con el mismo formato y dibujo que las originales.

La intervención en la escalera principal consiste en la retirada del material de relleno de la bóveda por su parte superior, el refuerzo de la bóveda desde arriba mediante fibra de vidrio y morteros de cal de alta resistencia, realizar un relleno ligero y ejecutar un tablero de escalera nuevo conectado con el nuevo forjado de planta.

La estabilización de los elementos estructurales anteriormente mencionados consolidará la bóveda de la escalera y del Salón Dorado, que quedará únicamente sometida al posible deterioro de los materiales existentes que la conforman. Para ello se propone reforzarla mediante un encamisado por la parte superior de la bóveda y la colocación de tensores conectados a la estructura de la cubierta existente.